¿Qué tendrán los piratas que enamoran por donde pasan? Serán esos dientes podridos o el parche en el ojo… el caso es que desde siempre los piratas han estado rodeados de un halo de romanticismo que ha inspirado películas, novelas de amor y aventuras y, por supuesto, teatro para los más pequeños.
Ya antes de que el Capitán Sparrow se encumbrara como el icono del pirata por excelencia, incluso antes de que al famoso Capitán Garfio se le comiera la mano un cocodrilo, los piratas dejaban tras de sí oleadas de fans a sus pies. No hay pirata sin princesa, ni niño que se resista a una de esas aventuras donde hay abordajes, luchas, tesoros y, por supuesto… amor. Las historias de piratas son irresistibles, incluso para Manuel Serrat, así que, ¿por qué nos íbamos a resistir nosotros a introducirnos en un impresionante galeón pirata en el Teatro San Pol? http://www.teatrosanpol.com/
Y viento en popa a toda vela, y mojadas por una tormenta otoñal, entramos a ver la última representación de esta sala dedicada casi por completo a funciones para cachorros humanos. Se acaba de estrenar y podréis verla hasta el 25 de octubre, aunque no es su primera experiencia sobre el escenario, ya que fue en el año 1997, con tal éxito de público que desde entonces la han sacado de nuevo a escena en numerosas ocasiones.
Ahora teníamos la oportunidad de verla, así que no la desaprovechamos, y, aunque a mis hijas todavía no les ha dado la vena pirata y están todavía en la fase princesa, acudimos prestas y veloces a ver la obra para ver si despertaba en ellas algún tipo de interés que se saliese un poco de lo de siempre y, por que su madre: es decir yo, estaba un poco hasta el moño de tragarse sagas completas de princesas cursis vestidas de rosa y le apetecía un poco de aventuras locas.
Conocía la compañía La Bicicleta de otros espectáculos, y jamás me ha decepcionado. Me encantó El Mago de Oz y también Rapunzel, así que me arriesgué con Piratas a babor, aún a riesgo de tener que aguantar motines y sublevaciones varias por parte de mis dos piratas particulares durante la función, pero ¡oh, sorpresa! No dijeron ni pio, ni pestañear durante la hora y media que duró, ni siquiera me pidieron palomitas, e incluso se rieron con los chistes de piratas.
La obra mezcla enredos, intriga, romance y por supuesto, humor. Lo que más les llamó la atención fue el precioso decorado, un inmenso galeón pirata llamado el “Cuervo Escarlata”, por donde deambulaban, corrían y desaparecían los marineros, el capitán y dos duquesas, en una coreografía de locos, envueltos entre cánticos marineros y sonidos de la mar. Abordajes, motines, amor, secuestros, tesoros… todos los ingredientes necesarios para que las cachorras estuvieran abducidas durante el tiempo que duró la obra. Yo creo que en realidad no se enteraron mucho del meollo del asunto, ni porqué huían unos y entraban otros, pero no les importó en absoluto, ellas se reían con las gracias de los personajes (yo lo recomendaría para niños a partir de 7 años) y, por supuesto, les encantó el final donde el amor triunfa, incluso entre los duros piratas (no les gustó tanto a los dos pequeños que tenía delante que cuando intuyeron que la cosa iba a acabar en beso, les pidieron a sus respectivos abuelos que por favor les tapasen los ojos porque no querían ver tanto amor edulcorado.
Si vuestros vástagos son acérrimos amantes de los piratas no os la podéis perder, pero si son seguidores de Elsa y Ana (los que lo son, me entenderán) también les gustará porque… ¿quién puede resistirse a un pirata que tenga todos los dientes?
Lo siguiente será apuntarnos a uno de esos talleres que organiza el Teatro San Pol, donde enseñan a los niños todos los entresijos del mundillo y pueden ser actores por unas horas.
¡Ah! Y también tienen funciones en inglés.
Dónde: Teatro San Pol. Plaza San Pol de Mar
Cuándo: del 10 al 25 de octubre, sábados a las 17:30 h, y domingos a las 12:00h y a las 17:30 h.
Recomendado a partir de 5 años
Precio: Entre 11 € y 14 €