El Jardín Botánico de Madrid es uno de los primeros sitios donde sentarse a tontear cuando te enamoras. Luego es un sitio del que te olvidas hasta que un día tienes hijos y vuelves a acordarte de que es uno de los mejores sitios por donde pasear tranquilamente y encima aprender algo sobre botánica. Así que te lanzas, carro en mano y biberón en mochila, de cabeza a ese pequeño vergel en pleno centro de la capital.
Te cuento porqué el Jardín botánico de Madrid es una visita obligada con los niños.
Visita al Jardín botánico de Madrid con los niños
Mamá, ¿de dónde salen las lentejas?… -Pues de una planta hija -contesto tranquilamente. -Pero, mamá ¿las lentejas cuelgan una a una de los árboles?… -¡Hombre, no! -contesto sobresaltada; -Y, entonces, ¿como salen de la planta?… -me vuelve a preguntar la niña intrigada. -Pues…ejem…, buff…, no sé, pues yo creo que…, creo que…, ¡este fin de semana tenemos que ir al Jardín Botánico y mejor lo ves allí!
Efectivamente, el Jardín botánico es uno de los sitios más emblemáticos de Madrid, pero no sólo porque es una auténtica rareza que puedas pasear en silencio en pleno Paseo del Prado, sino porque se trata de una joya histórica, un rincón romántico y un sitio donde aprender muchas cosas sobre plantas que pensabas que tenías controladas y resulta que te das cuenta que no tienes ni ida sobre ellas cuando tus hijos te preguntan (este es mi caso con las lentejas).
El Jardín botánico es un sitio mágico para enamorarse, para relajarse del ajetreo de la vorágine de la Capital, y el lugar perfecto para enseñar a nuestros retoños que las lentejas no cuelgan una a una de las ramas de los árboles y que los garbanzos no nacen en el interior de botes de cristal, y ya de paso también recordarlo los padres.
Un poco de historia del Jardín botánico de Madrid
Es uno de los museos con más solera de Madrid, fue fundado en 1755 por el rey Fernando VI en el Soto de Migas Calientes, a las afueras de la ciudad pero 20 años más tarde, el rey Carlos III lo mandó trasladar a su actual emplazamiento en el Paseo del Prado, donde fue inaugurado en 1781.
Uno de los principales objetivos era la enseñanza de la Botánica. También, el estudio de las plantas enviadas desde muchos puntos de la Península, Europa y América, de ahí que muchas de las especies que encontremos nos resultarán muy sorprendentes.
Desde entonces ha sufrido bastantes modificaciones, la última en el año 2005, cuando se amplió, ocupando actualmente 8 hectáreas, así que no se os ocurra ir con zapatos de tacón porque tendréis que andar bastante, aunque encontraréis bancos en el camino.
El jardín botánico con los niños
El Jardín Botánico es de los pocos sitios donde puedes ir con tus gazapos, tengan la edad que tengan.
Si son bebés es perfecto para disfrutar de un paseo entretenido y dar el biberón, o la teta, en uno de sus bancos; si son como las mías (unos 5 años) ya empiezan a interesarse por las plantas y, sobre todo, por saber de dónde vienen las cosas que se comen (incluso nosotros nunca habíamos visto la planta de los garbanzos…, eso sí hay que explicar muy bien que todavía no se ha descubierto la planta que dé helados de fresa.
Cuándo ir al Jardín botánico de Madrid
Durante la primavera el jardín está sembrado de flores, y resulta precioso. Merece mucho la pena ir en esta época, aunque también corremos el peligro de encontrarnos con decenas de novios haciéndose las fotos de boda. Evidentemente es cuando más gente hay, así que tampoco hay que descartar otras épocas como son el otoño o el verano, en las que el jardín no resulta tan colorido, pero es igualmente interesante y mucho más tranquilo.
El jardín se estructura en cuatro terrazas donde se cultivan las colecciones de plantas. En las terrazas inferiores encontramos plantas ornamentales, medicinales, aromáticas y comestibles, así como la colección sistemática. La terraza más alta acoge la colección de bonsáis. También se pueden visitar el moderno invernadero Santiago Castroviejo, y la Estufa de Las Palmas del siglo XIX.
Aunque el recorrido se puede hacer perfectamente solo, hay opciones de visitas guiadas (las mejores para descubrir los intríngulis del lugar).
También organizan actividades para vacaciones escolares o días festivos, pero el plazo de inscripción debe hacerse un mes antes.
Nosotros intentamos ir siempre que el tiempo lo permite. ¡Merece mucho la pena!
Datos prácticos del Jardín botánico
Precio normal: 3 €, pero los niños menores de 10 años no pagan, ni tampoco los parados.
Tampoco podéis llevar bicis o patines, ya que se pueden estropear las plantas, ni tampoco hay parking, ya que se encuentra en pleno Paseo de Prado.
Abren todos los días del año menos Año Nuevo y Navidad, desde las 10 de la mañana, y durante el verano hasta las 9 de la noche.
Web: http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico/jardin/