Esta es una de las rutas familiares más populares de la sierra madrileña. Ubicada en la zona de La Pedriza, se trata de una ruta corta, fácil y muy bonita durante cualquier momento del año para ir con los niños, aunque el otoño y la primavera son especialmente alucinantes.
Te cuento todo lo que debes saber para poder realizar la ruta hacia la Charca verde.
La Pedriza, un lugar emblemático
Con la pandemia los planes con niños se han visto reducidos a los paseos campestres, las rutas por la sierra y los picnics al aire libre, que no es moco de pavo, siempre que no llueva, claro. Así que me imagino que, a estas alturas, ya conoces La Pedriza de sobra, aunque es cierto que, gran parte de la gente se suele quedar en la zona más cercana a los aparcamientos, así que adentrarse un poco en la montaña siempre nos da la satisfacción de salir del mogollón del fin de semana y conocer lugares diferentes.
La Pedriza es ese lugar al que nos llevaban de excursión una vez al año en el colegio, si es que has crecido en Madrid. Está situada en la cabecera del Valle del alto Manzanares, al pie de la Sierra de Guadarrama (aquí te dejo otra ruta en la Sierra de Guadarrama), y sus formaciones de piedra son tan sugerentes que es inevitable que terminemos como cabras escalando roca tras roca, así que, cada año, teníamos un accidente en clase, por eso imagino que la dirección del colegio decidió suprimir estas excursiones. Pero no hay que preocuparse demasiado por los percances, sobre todo si no has nacido en los 70 o si no tienes unos padres irresponsables que te vigilen de vez en cuando.
Piedras de hace 300 millones de años
Su estructura granítica se formó hace 300 millones de años, y sus fallas han formado barrancos interiores y collados importantes. Os aseguro que La Pedriza es uno de los lugares más bellos de la serranía madrileña, de ahí que aparcar los fines de semana sea casi tan difícil como escuchar a un político hablar sobre la empatía.
Así que, como primer consejo para comenzar esta ruta con los niños, te diré que tienes varias opciones: levantarte más temprano que cuando vas a trabajar, ir a la hora de comer cuando ya todo el mundo baja, o aparcar en el pueblo y subir como un peregrino hasta el comienzo de la ruta (cosa que no recomiendo con los niños, porque cuando llegues al principio de la ruta ellos ya querrán darse la vuelta).
Comienzo de la ruta hacia Canto Cochino
Lo bueno de esta ruta es que desde el principio puedes disfrutar de paisajes preciosos, así que si tus hijos a los cinco minutos de comenzar a subir (porque es de subida casi toda la ida), se rajan y no quieren continuar, siempre te quedará la consolación de quedarte por la zona y disfrutar del bosque y del río.
Los carteles indican que esta ruta tiene una dificultad media, debido al desnivel y las piedras, y porque transcurre por un sendero. Es imposible ir con carro de bebés, y yo lo recomiendo para niños a partir de 5 años, porque hay demasiado pedrusco suelto, aunque en la parte baja podemos ir con los niños más pequeños.
Hasta Canto Cochino hay 3,2 kilómetros de subida, para lo que se tardan 2 horas (ida) y, desde ahí, hasta la Charca Verde, otros 3 kilómetros más.
Hay un aparcamiento en Canto Cochino al que se puede acceder, si llegas antes de las 10.30 y todavía no está completo (algo muy improbable). Desde ahí, podrías subir directamente hasta la Charca Verde, que es la zona más bonita, y quitarte la parte más concurrida (que también es bonita). Nosotros comenzamos desde abajo porque no pudimos acceder, pero no me arrepiento porque el camino, aunque es de subida, fue precioso, entre un bosque de pinos, cedros y cipreses que crecen junto al río.
Salida desde el parking de La Pedriza
La barrera de acceso a Canto Cochino se cierra de 10.30 a 16 horas, aunque esté la parte de arriba vacía.
Desde el aparcamiento de la barrera, junto al Centro de Interpretación, nos encontramos el acceso donde hay un cartel de madera que nos explica el recorrido de la ruta hacia Canto Cochino y la Charca Verde.
El camino está totalmente señalizado como un PR, es decir, con unas líneas blancas y amarillas que se encuentran pintadas en las piedras y en los árboles, y que nos indican el camino a seguir. También veremos algunos carteles con flechas e indicaciones muy claras de por donde continúa el camino. Aunque no es fácil perderse, a veces podemos dejar de ver las marcas. Nosotros debemos seguir siempre por el sendero, no por el camino ancho.
La ruta va casi paralela al río Manzanares que, como verás, aquí suele llevar agua porque el canal es muy estrecho. Está lleno de pozas, pero no se te ocurra meter un pie porque está prohibidísimo y ponen unas multas de aúpa.
Vamos subiendo lentamente mientras descubrimos setas escondidas y nos acompaña el rumor del agua, hasta una zona más rocosa y un poco más empinada. Es importante llevar un calzado que agarre el tobillo porque hay mucha piedra (de ahí el nombre del lugar, evidentemente) y, a ser posible, impermeable, porque cuando llueve baja bastante agua por las rocas.
Llegada al Collado de Quebrantaherraduras
Atravesamos la carretera y continuamos subiendo por el sendero hasta el Collado de Quebrantaherraduras, que está indicado con varios carteles y, normalmente, hay coches aparcados. Continuamos por donde indica el cartel hacia Canto Cochino.
Desde aquí la ruta va en descenso ligero hasta el parking de Canto Cochino, un lugar bastante feo porque está en obras, pero donde hay algunos bares con encanto donde podremos tomar un tentempié, sobre todo a la vuelta.
Camino hacia la Charca Verde
Dejamos atrás Canto Cochino, y continuamos por la carretera hasta el siguiente parking, donde hay otro chiringuito. Continuamos por la pista forestal; en el primer cruce que nos encontremos, tomamos el camino de la derecha. Continuamos recto y, a unos 700 metros, hay un desvío a la derecha, lo cogemos y continuamos recto hasta el final de la pista asfaltada, donde hay una barrera.
Ahora el camino tiene más piedras, aunque sigue siendo una pista. Desde la barrera continuamos hacia arriba y nos encontramos de nuevo un desvío que tomaremos hacia la izquierda. Un poco más arriba hay otro cruce, pero esta vez lo tomamos a la derecha. Continuamos hasta el final, donde hay un sendero que nos conduce hasta la Charca Verde.
Puede resultar n poco lioso aquí contado, pero en realidad debemos buscar el linde del río por los caminos que discurren hacia él. De todas formas, te dejo el enlace de Wikilok donde puedes seguir paso a paso la ruta para no perderte.
La Charca Verde es una gran poza repleta de remolinos cuando el agua baja fuerte. Merece la pena pararse en las rocas y quedarse a comer allí, pero cuidado porque escurre mucho y puede que hagas el ridículo como yo, y termines aterrizando en pleno charco. Además, está prohibido el baño, y lo mismo te ponen multa encima de que te rompes la crisma.
Vuelta hacia Canto Cochino
La vuelta decidimos hacerla por el lado opuesto del río, que es más frondoso y más bonito. Es otro camino que también conduce a la Charca verde, aunque nosotros lo hicimos así para hacer una ruta circular.
Vuelve sobre tus pasos hasta que encuentres un puente en uno de los desvíos anteriores. Cruza el río y baja por el PR que discurre por el bosque hasta Canto Cochino. Desde ahí retomaremos el mismo camino que a la ida.
En total hicimos 13 kilómetros, para lo que tardamos 4 horas. Recomiendo llevar agua y comida para el camino, porque si hace buen tiempo dan ganas de quedarse a vivir allí.
Una ruta para hacer en familia, por lo menos, una vez al año.
Datos técnicos
Ruta Canto Cochino – Charca Verde
Ruta semicircular
Kilómetros: 13
Dificultad: Media
Desnivel: 395 metros
Tiempo: 4 horas