Al Jardín Botánico de Gijón no se va solo para aprender sobre las miles de distintas especies que habitan en los diferentes espacios naturales, ni tampoco para conocer cómo son todas esas plantas que nos comemos y que solo sabemos distinguir si se encuentran dentro de una ensaladera. Descubre qué ofrece este singular Jardín botánico para los niños.
Este jardín botánico no es un jardín cualquiera, es el sitio perfecto para perderse entre bosques atlánticos, para pincharse con los cactus del desierto, para pasear por caminos románticos, para pasar un día en el campo con los niños, y por si todo esto fuera poco, para que los niños disfruten de espectáculos de magia, cuentacuentos y un dragón gigante.
Por qué debemos visitar el Jardín botánico con los niños
Para seros sincera, he visitado el Jardín Botánico de Madrid decenas de veces, con y sin niños, con novio y sin novio, en todas las estaciones del año… Si realmente quieres aprender sobre plantas es el lugar perfecto, sobre todo si coges una visita guiada. Pero las niñas se suelen aburrir cuando pasan un par de horas.
Sin embargo, en el Jardín botánico de Gijón podemos pasar el día entero, incluso una semana, perdidos entre sus rincones escondidos, paseando entre bosques donde apenas penetra el sol, o atravesando puentes de madera.
Este Jardín Botánico es un auténtico bosque por el que pasear. Para empezar cuenta con casi 25 hectáreas de terreno, con lo que recorrerlas te llevará mucho más que un día, si quieres verlo con tranquilidad.
Pero lo que más nos sorprendió es que, aunque era una senda botánica, uno se sentía como si realmente estuviera en medio de un bosque: Senderos de tierra estrechos, que conducían hacia puentes de madera, que pasaban sobre un pequeño riachuelo y a la sombra de árboles centenarios. Un bosque cerrado y salvaje, solo en apariencia, por el que es imposible perderse aunque te sientas más desorientada que una madre primeriza, y donde crecen las castañas, las avellanas, y hasta los complicados acebos ¿qué más se puede pedir?
Cómo visitar el Jardín Botánico de Gijón con los niños
Todo depende de la edad de los niños y si andan mucho o poco, lo mejor siempre es empezar por lo más cercano y lo que más curiosidad les despierte a ellos.
El jardín está dividido en 4 áreas:
- El entorno cantábrico: donde hallaremos encinas, alcornoques, robles, helechos… de hasta 400 años.
- La factoría vegetal: frutales, huertos, plantas invasoras, plantas venenosas… Uno de los lugares preferidos de mis hijas por la curiosidad que les despierta ver cómo crecen los melones en el suelo y no sobre las copas de los árboles. Además aquí encontraremos un centro donde podrán descubrir cómo las plantas pueden usarse como medicina.
- Jardín de la Isla: Se encuentra nada más comenzar el recorrido y es una de las partes más bonitas y que más gusta a los niños ya que se trata de un jardín histórico de más de 150 años trazado en estilo romántico ¿y cómo es eso? Pues con caminos estrechos, al lado de un riachuelo con pequeñas cascadas, plantas con flores, puentes y casitas de madera, y pequeños laberintos donde perdernos entre la hojarasca y los matorrales.
- Itinerario Atlántico: Un impresionante bosque joven de árboles inmensos donde habitan el abeto rojo y el abedul de montaña, entre otros, y donde las noches de verano se hacen espectáculos de duendes y hadas que a los niños les vuelven locos. Quizás, esta es la zona que dejaría para lo último, ya que es la más alejada y la que menos les gusta a mis hijas porque no tiene tantos rincones chulos y escondidos.
Un jardín botánico para los niños
Pero lo mejor de todo para los niños, y aunque no quede muy del rollo cultureta (me hubiera gustaros deciros que les encantó leer todo aquello de las angiospermas y gimnospermas que dan en el colegio, y que aquí explican con una nitidez cristalina, pero no fue así).
Lo mejor para ellas, y la razón primordial por las que ellas piden venir año tras año, es el llamado: Bosque de los niños. Un pequeño paseo al lado de tejos y carballos centenarios, helechos, arándanos, y fresas silvestres, que conduce, entre ranas de hierro que echan agua por la boca y libélulas gigantes, hasta un dragón o culebra gigante (no me queda claro) de cuya boca salen cuatro toboganes metidos en tubos. Además, los fines de semana y los meses de verano, se hacen espectáculos circenses, magia o lo que se precie en el momento, sobre un pequeño escenario.
Aquí recomiendo llevaros unas pipas y un libro porque no podréis arrancarles de los brazos de la culebra dichosa por lo menos en una hora, haga el frío que haga.
Datos prácticos para la visita al Jardín botánico con los niños
Aunque existe una cafetería donde dan bocadillos y pinchos de tortilla a precios no demasiado sangrantes, lo mejor es hacerse unos bocadillos caseros y tomárselos disfrutando de los caminos del bosque. Hace poco había algunos bancos para sentarse, pero en nuestra última visita (2018) los habían quitado, no sé si por labores de restauración o para que la gente no se siente y tire las mondas de naranja al suelo como si estuviera en un estercolero.
Precio: Gratis para los menores de 12 años. Los adultos pagan 2,90 euros.
Recomiendo ir por la mañana con los niños para aprovechar el día, aunque los meses de verano también merece la pena ir cuando el sol baja y no hace tanto calor, y aprovechar las noches temáticas que ofrecen en el jardín que, aunque no las conozco, parecen muy sugerentes.
Web. https://botanico.gijon.es/
Si vas a Gijón o cerca, es una visita obligatoria con los niños!!